A menudo utilizo la analogía de la pirámide de Maslow, en un contexto empresarial, para ilustrar la necesidad de unos cimientos sólidos para lograr la transformación. En pocas palabras, Maslow estableció una jerarquía de necesidades (por ejemplo, fisiológicas, de seguridad, de pertenencia) que los individuos deben satisfacer para alcanzar un objetivo último: la autorrealización.
En la cúspide de la «Pirámide ESG» de las empresas se encuentran los «modelos de negocio totales», que combinan beneficio financiero y social. Alcanzar esta última etapa significa responder «sí» a la pregunta: «¿Sería el mundo un lugar peor si mi empresa dejara de existir?».
La gestión de las emisiones es la base de la Pirámide ESG. Las empresas están superando retos metodológicos y de datos para calcular sus emisiones y definir objetivos de reducción y planes de acción. Esto, unido al dinamismo del mercado de carbono, está acelerando la integración del factor emisiones en los sistemas operativos y las prioridades de las empresas. Esta sistematización es una muy buena noticia; facilita la dedicación de recursos para la acción climática y potencia la implicación de los agentes internos y externos en el camino hacia la sostenibilidad empresarial.
Sin embargo, el hecho de que las empresas se centren exclusivamente en el corto plazo en la gestión de sus emisiones, sin trabajar paralelamente en la integración de la sostenibilidad en la estrategia, podría tener un importante coste de oportunidad. El desarrollo de modelos de negocio totales requiere experimentación colaborativa y tiempo de maduración.
Una forma eficaz de abordar este reto es poner en marcha un programa de líneas de actuación estratégicas, como las siguientes:
- Verbalizar y reforzar el impacto social positivo del negocio actual.
- Buscar inspiración en las startups descarbonizadoras y en los emprendedores sociales.
- Desarrollar y probar iniciativas alineadas con la economía circular.
- Explorar la entrada en sectores adyacentes en fase de transformación.
- Potenciar las políticas de talento y bienestar que ubican a las personas en el centro.
Los modelos de negocio totales no surgen de un día para otro. Al igual que en el caso de la innovación, avanzar en sostenibilidad requiere trabajar simultáneamente en distintas prioridades horizontes temporales. El reto es escalar la Pirámide ESG lo más rápido posible, sin comprometer la solidez de sus cimientos.