Enfocar adecuadamente la estrategia y la innovación es fundamental para la competitividad de cualquier empresa. Esta afirmación tan obvia se hizo especialmente evidente hace dos décadas, con la aparición de modelos de negocio transformadores propiciados por la tecnología, los datos y la capacitación de los clientes. Desde entonces, la mayoría de las empresas han desarrollado capacidades internas de estrategia e innovación.
La internalización de las funciones de Estrategia e Innovación fue especialmente intensa en las décadas de 2000 y 2010 respectivamente. Ambas funciones gozan ahora de una buena visibilidad organizativa en la mayoría de las grandes organizaciones, aunque su contribución a los resultados financieros y ESG varía entre empresas. En algunos casos, estas áreas aportan inteligencia diferencial e impulsan el cambio, mientras que en otros actúan como meros consolidadoras de información y están desconectadas de la dinámica empresarial. Por lo tanto, la forma en que se han diseñado y puesto en práctica estas funciones está vinculada a su impacto en el valor.
A lo largo de la década de 2020, las empresas abordarán la internalización de la función de Sostenibilidad. Una mejora material en la descarbonización y el bienestar de la sociedad solo será posible si los modelos de negocio mejoran radicalmente sus resultados en materia de sostenibilidad. Esta transición puede ser mucho más eficaz si se apoya en los aprendizajes de la puesta en práctica de capacidades internas de estrategia e innovación.
En el caso de la sostenibilidad, muchas empresas están pasando de una fase de Concienciación a otra de Gestión. Es necesario transitar por estas primeras etapas para asegurar que toda la organización entiende, vive e integra el factor sostenibilidad en su actividad diaria. El objetivo es entrar en la última etapa de Integración en el menor tiempo posible. La experiencia de Estrategia e Innovación dice que algunas palancas son especialmente eficaces para lograr este objetivo:
- Posicionamiento de la sostenibilidad como imperativo estratégico por parte del Consejo de Administración, del CEO y de la alta dirección.
- Una narrativa clara de lo que significa la sostenibilidad para la empresa, articulada a través de líneas de actuación transformadoras y tangibles para abordar distintas prioridades en paralelo. Si las agentes de la empresa perciben las iniciativas de sostenibilidad como «greenwashing», la pérdida de credibilidad y compromiso impedirá un avance significativo durante un periodo largo de tiempo.
- Funcionamiento como red organizativa, integrando a perfiles técnicos y de negocio y centrando los recursos centrales en las responsabilidades en las que realmente son diferenciales, como la asignación de capital y la gestión del ecosistema.
- Diagnóstico y planes multianuales para evolucionar hacia hojas de ruta dinámicas imbricadas en los objetivos estratégicos de la empresa.
- Herramientas para medir la contribución financiera y ESG de las iniciativas vinculadas a la sostenibilidad.
Una vez tomada la decisión de internalizar la función de Sostenibilidad, su diseño y velocidad de implantación serán una fuente de ventaja competitiva. No existe una solución única para ello; cada empresa debe configurar su camino en función de su ambición, modelo organizativo, cultura y experiencias previas de internalización. Las empresas que logren integrar eficazmente estrategia, innovación, sostenibilidad y operaciones serán imbatibles.