Poco se habla del papel fundamental que puede jugar el Private Equity en la mitigación del cambio climático. Algunas operaciones del sector están impulsando, por ejemplo, el hidrógeno verde o la economía circular en España, pero hasta el momento el protagonismo lo están teniendo las administraciones, las corporaciones y los inversores en tecnologías descarbonizadoras.
En un contexto estratégico-empresarial en el que parecía que casi todo estaba inventado y el valor financiero estaba ligado a planes de negocio incrementales, ha aparecido la Sostenibilidad como un diferenciador disruptivo. Prácticamente todos los sectores están afrontando una profunda transformación.
Un campo de juego ideal para el Private Equity.
Sin embargo, como ocurre en el caso de las empresas, no todas las firmas de Private Equity están abiertas o preparadas para:
- Entender la Sostenibilidad en clave estratégica y no como un requisito normativo o una actualización de la RSC tradicional: una oportunidad para crecer simultáneamente en valor financiero e impacto positivo medioambiental y social.
- Liderar la redefinición de sectores, cadenas de valor y modelos de negocio requerida por la descarbonización, yendo mucho más allá de recetas tradicionales como optimizaciones operativas y consolidaciones sectoriales.
- Actualizar las premisas sobre las que se tomaron decisiones de inversión hace 3-5 años, cuando la descarbonización se asociaba principalmente al sector energético.
Aprovechar la oportunidad que supone integrar la Sostenibilidad en la estrategia implica una evolución de las prácticas de gestión del sector:
- Incluir en las due diligence una evaluación a) del modelo de negocio en base a los nuevos requerimientos competitivos y de acción climática, y b) de escenarios integrales de crecimiento rentable, reducción de emisiones y mejora de la sociedad.
- Revisar los planes de negocio de las empresas de la cartera en clave de Sostenibilidad. Habrá más oportunidades que riesgos para los que lo hagan primero.
- Incorporar conocimiento experto y transversal, con ascendente sobre la estrategia de cartera y de las empresas.
La ruta hacia las cero emisiones netas no podrá completarse en 2050 sin la involucración inversora y dinamizadora del Private Equity. Eso sí, no todas las firmas van a tener éxito en este nuevo escenario. La Sostenibilidad no espera.