El sector energético, emisor de un tercio de los gases de efecto invernadero, ha sido pionero en el camino hacia la descarbonización. Como en cualquier disrupción estratégica, no todas las empresas energéticas están afrontando esta transición con igual éxito. Observo tres tipos de empresas en base a su anticipación y la transformación de su modelo de negocio:
- Ganadoras. Un buen ejemplo es la energética danesa Ørsted, que hace más de 10 años inició el abandono de los combustibles fósiles para ser actualmente una referencia mundial en energías renovables. Ørsted tiene el objetivo de alcanzar cero emisiones netas (alcances 1 y 2) en 2025. Su capitalización bursátil se ha triplicado en los últimos 5 años.
- Aspirantes. No son las primeras, pero pueden llegar a tiempo si aciertan en la puesta en práctica de nuevas líneas de negocio bajas en carbono combinando innovación, alianzas e inversión en proyectos transformadores.
- Rezagadas. Pueden estar llegando tarde. Intentan encajar iniciativas descarbonizadoras dentro de los límites de su actividad. La tardanza tiene un coste: invertir asumiendo precios poco atractivos.
Las empresas del resto de sectores tienen la oportunidad de incorporar la experiencia y los aprendizajes de las energéticas para su propia transición hacia la descarbonización. Las estrategias de las empresas de sectores en redefinición como el agroalimentario, el medioambiental o el transporte están determinando quiénes serán Ganadoras, Aspirantes o Rezagadas en un futuro próximo.
Más allá de los numerosos rankings ESG, lo que en esencia define a una empresa Ganadora es su compromiso con el objetivo de cero emisiones netas y un nuevo modelo de negocio para conseguirlo. Aquí es donde confluyen Sostenibilidad y Estrategia.